Capitulo I
EL ÓRGANO KUNDARTIGUADOR
Han transcurrido muchísimos millones de años
evolucionando e involucionando lentamente desde la noche aterradora del pasado
y todavía el ser humano no sabe quién es, ni de dónde es, ni hacia dónde va.
Un sopor de muchos siglos pesa sobre los
antiguos misterios y el Verbo aguarda en el fondo del arca, el instante de ser
realizado.
Tras de la tradición edénica hay desideratos
cósmicos terribles, y equivocaciones sagradas que espantan y horrorizan. Los
dioses también se equivocan.
Y hoy como ayer, estamos enfrentados ante
nuestro propio destino. Estamos ante el dilema del ser y del no ser de la
filosofía.
Mucho se ha hablado sobre la serpiente sagrada
y hoy vamos a hablar claramente sobre el órgano kundartiguador.
Dioses y Devas, Avataras y reyes divinos, han
luchado desde hace millones de años para acabar con las consecuencias del
órgano kundartiguador.
Todos los esfuerzos de los profetas, Avataras y
dioses para acabar con el desastroso resultado del órgano kundartiguador han
resultado inútiles.
Es necesario saber que el órgano kundartiguador
es el fuego desarrollado negativamente; la serpiente bajando, precipitándose
desde el coxis, hasta los infiernos atómicos del hombre.
El órgano kundartiguador es la horrorosa cola
de Satán en el cuerpo de deseos de ese animal intelectual, falsamente llamado
hombre.
Lo que mas duele, lo que mas lastima al alma en
esto es saber que algunos individuos sagrados le dieron a la humanidad el
órgano kundartiguador.
Dicen las viejas tradiciones que durante la
época lemúrica vinieron a la tierra ciertos individuos sagrados en una
astronave cósmica.
Esos individuos formaban una altísima comisión
sagrada encargada de estudiar los problemas evolutivos é involutivos de la
tierra y de la humanidad.
El arcángel Sakakí y el principal
archifísico-químico-común universal ángel Loisos, eran los dos individuos
principales de esta santa comisión divina.
Detrás de todo el drama del edén, está la
sagrada comisión de seres inefables;
Ellos vinieron con cuerpo de carne y hueso y su nave aterrizo en la Lemuria,
Por aquella antigua edad comenzaba el instinto humano a desarrollarse en razón
objetiva.
La altísima comisión pudo evidenciar hasta la
saciedad que el hombre edénico ya
empezaba a sospechar el motivo por el cual fue creado.
La raza Lemúrica empezaba a adivinar los
motivos de su existencia, mísera existencia, motivos mecánicos.
Cada ser humano es una maquinita que capta y
transforma energías cósmicas que luego adapta inconscientemente a las capas
inferiores de la tierra. Eso...
maquinitas humanas... y nada más. ¿Qué sería del mundo sin ésas maquinitas?
EL mundo sin ese sello, sin esa fisonomía, que
le da la humanidad es algo sin motivo y lo que no tiene motivo deja de
existir.
La humanidad en su conjunto es un órgano de la
naturaleza, un órgano que recoge y asimila energías cósmicas, necesarias para
la marcha del organismo planetario. Desgraciadamente no es muy agradable ser
maquina y eso es llamado hombre... eso... si, eso y nada mas.
Cuando algún rebelde se levanta en armas contra
la naturaleza, cuando quiere dejar de ser máquina, los tenebrosos poderes lo
combaten a muerte y raros son aquellos humanos capaces de combatir a los
tenebrosos, a la naturaleza, al cosmos, etc. Y por lo común esos rebeldes
capitulan.
Muchos son los llamados y pocos los escogidos,
solo unos pocos logran vencer a la naturaleza y sentarse en el trono del poder
para gobernarla.
Los Lémures ya habían sospechado todo y con su
instinto comprendían que los seres humanos dejaban de nacer cuando después de
haber prestado sus servicios de máquinas a la naturaleza, se hacían perversos.
Por doquiera y en todos los rincones de Lemuria
se sospechaba instintivamente toda esta tragedia que ya quería asomarse a la
razón objetiva.
La comisión sagrada después de examinar
serenamente este problema, resolvió tomar medidas cósmicas drásticas para
evitar la desilusión total del género humano y hasta suicidios en masa.
Los grandes desideratos cósmicos están tras de
Adán y Eva. La sagrada comisión está oculta tras el drama y el escenario
edénico. Todo se cumple y el hombre recibe el maldito estigma del órgano
kundartiguador.
Tiempo después... muchos siglos quizá...
regresó la santa comisión encabezada por el Archiserafín Sevohtartra dado que
el arcángel Sakaki se había convertido en uno de los cuatro tetrasustentadores
del Universo.
Las tradiciones dicen que el regreso fue a los
tres años justos, empero estos tres años siempre son simbólicos.
La realidad fue que entonces después de severo
examen de la situación del archifísico-químico Ángel Loisos, destruyó el órgano
kundartiguador en la raza humana, porque esta no lo necesitaba. El ser humano
había abandonado todas sus sospechas y se había ilusionado de las bellezas de
este mundo.
Los dioses salvaron al ser humano de una gran
crisis; lograron que se ilusionara de este mundo y que viviese en él como todo
un ciudadano planetario, pero no pudieron salvarlo de las malas consecuencias
del órgano kundartiguador.
Realmente las malas consecuencias de dicho
órgano se convirtieron en hábitos y costumbres equivocadas que al irse al fondo
interno de nuestra psique, se convirtieron en el subconsciente.
El Ego o Yo psicológico es el mismo
subconsciente cuyas raíces se hallan en las malas consecuencias del órgano
kundartiguador.
Mucho luchó el santísimo Ashiata Shiemash para
quitarle a la humanidad las malas consecuencias del órgano kundartiguador.
Mucho sufrió Santa Lama en el Tibet para salvar
a la humanidad de esas horribles consecuencias del mencionado órgano fatal.
Muchas amarguras pasaron Buddha, Jesús, Moisés
y otros para libertar a la humanidad de las desastrosas consecuencias del órgano
kundartiguador.
La sagrada comisión de seres inefables se echó
un terrible karma cósmico sobre sus hombros; dicho karma será pagado en el
futuro Mavantara.
Escuchadme hermanos gnósticos:
Comprended que solo con loa tres factores, de
la revolución de la conciencia, podéis acabar con las malas consecuencias del
órgano kundartiguador. Esos tres
factores son:
a) Muerte del Yo psicológico;
b) Nacimiento del Ser en nosotros, y
c) Sacrificio por la humanidad.
El Yo muere a base de rigurosa comprensión
creadora.
El Ser nace en nosotros con el maithuna (magia
sexual)
Sacrificio por la humanidad es caridad y amor
bien entendido.
Las escuelas que enseñan la eyaculación del
semen aun cuando lo hagan en forma muy mística, son realmente negras porque con
esa práctica se desarrolla el órgano kundartiguador.
Las escuelas que enseñan la conexión del
Lingan-Yoni sin eyaculación del semen, son blancas porque así sube el Kundalini
por el canal medular.
Las escuelas que enseñan a fortificar el Yo
psicológico son negras porque así se fortalecen las malas consecuencias del
órgano kundartiguador.
Las escuelas que enseñan la disolución del Yo
(muerte mística) son blancas porque destruyen las malas consecuencias del
órgano kundartiguador.