Capitulo VII
LA LUCHA DE LOS OPUESTOS
Un gran Maestro decía: Buscad la iluminación
que todo lo demás se os dará por añadidura.
El peor enemigo de la iluminación es el Yo. Es
necesario saber que el Yo es un nudo en el fluir de la existencia, una
obstrucción fatal en el flujo de la vida libre en su movimiento.
Se le preguntó a un maestro: ¿Cuál es el
camino?
"¡Qué magnífica montaña" dijo
refiriéndose a la montaña donde tenia su retiro.- No os pregunto acerca de la
montaña, sino a cerca del camino.
“Mientras no puedas ir más allá de la montaña,
no podrás encontrar el camino" —replicó el Maestro.
Otro monje hizo la misma pregunta a ese mismo
Maestro:
”Allá está justo delante de tus ojos”- respondiole el Maestro.
”Allá está justo delante de tus ojos”- respondiole el Maestro.
-¿Por qué no puedo verlo?"
-"Porque tienes ideas egoístas".
¿Podré verlo señor?
"Mientras tengas una visión dualista y
digas: Yo no puedo y así por el estilo, tus ojos estarán oscurecidos por esa
visión relativa”
“Cuándo no hay Yo, ni tú, se le puede
ver?"
Cuándo no hay yo ni tú, ¿quién quiere
ver?"
El fundamento del Yo, es el dualismo de la
mente. El Yo se sostiene por el batallar de los opuestos.
Todo el razonamiento se fundamenta en el
batallar de los opuestos Si decimos; fulano de tal es alto, queremos decir que
no es bajo. Si decimos estoy entrando queremos decir que no estamos saliendo.
Si decimos: estoy alegre, afirmamos con ello que no estamos tristes, etc.
Los problemas de la vida no son sino formas
mentales con dos polos: uno positivo y otro negativo. Los problemas se
sostienen por la mente y son creados por la mente. Cuando dejamos de pensar en
un problema, este termina inevitablemente.
Alegría y tristeza; placer y dolor; bien y mal;
triunfo y derrota, constituyen el batallar de los opuestos en el cual se
fundamenta el Yo.
Toda la vida miserable que vivimos va de un
opuesto a otro: triunfo, derrota; gusto, disgusto, placer, dolor, fracaso,
éxito, esto, aquello, etc.
Necesitamos liberarnos de la tiranía de los
opuestos; esto solo es posible aprendiendo a vivir de instante en instante sin
abstracciones de ninguna especie, sin sueños, sin fantasía.
¿Habéis observado cómo las piedras del camino
están pálidas y puras después de un torrencial aguacero? Uno solo puede
murmurar un ¡oh!, de admiración. Nosotros debemos comprender ese ¡oh! de las
cosas sin deformar esa exclamación divina con la batalla de los opuestos.
Joshu, preguntó al maestro Nansen: ¿Qué es el
TAO?
—"La vida común" —respondió Nansen.
—"¿Cómo se hace para vivir de acuerdo con
ella?
—"Si tratas de vivir de acuerdo con ella,
huirá de tí; no trates de cantar esta canción, deja que ella misma se cante.
¿Acaso el humilde hipo, no viene por sí solo?"
Hermanos míos: recordad en esta navidad esta
frase:
"LA GNOSIS VIVE EN LOS HECHOS. SE MARCHITA
EN LAS ABSTRACCIONES Y ES DIFICIL DE HALLAR, AUN EN LOS PENSAMIENTOS MAS
NOBLES".
Le preguntaron al maestro Bokujo:
"¿Tenemos que vestir y comer todos los días? ¿Cómo podríamos escapar de
éste?"
El Maestro respondió:
-"Comemos, nos vestimos".
—"No comprendo" –dijo el discípulo.
"Entonces vístete y come” – dijo el
Maestro.
Esta es precisamente la acción libre de los
opuestos: ¿Comemos, nos vestimos? ¿Por que hacer un problema de eso?, ¿por
qué estar en otras cosas mientras
estamos comiendo y vistiendo?
Si estas comiendo, come; y si estas
vistiéndote, vístete, y si andas por la calle, anda, anda, anda, pero no
pienses en otra cosa, haced únicamente lo que estáis haciendo, no huyas de los
hechos, no los llenes de tantos significados, símbolos, sermones y
advertencias. Vívelos sin alegorías, con mente receptiva de instante en
instante.
Amadísimos hermanos gnósticos que hoy celebran
con nosotros la fiesta de navidad: Comprended que os estoy hablando del sendero
de acción, libre del batallar doloroso de los opuestos.
Acción sin distracciones, sin escapatorias, sin
fantasías, sin abstracciones de ninguna
especie,
Cambiad vuestro carácter amadísimos, cambiadlo
a través de la acción inteligente, libre del batallar de los opuestos.
Cuando se le cierran las puertas a la fantasía,
se despierta el órgano de la intuición.
La acción, libre del batallar de los opuestos
es acción intuitiva, es acción plena; donde hay plenitud el Yo está
ausente.
La acción intuitiva nos conduce de la mano
hasta el despertar de la conciencia.
Trabajemos y descansemos felices abandonándonos
al curso de la vida. Agotemos el agua turbia y podrida del pensamiento habitual
y en el vacío fluirá la Gnosis y con ella la alegría de vivir.
Esta acción inteligente, libre del batallar de
los opuestos nos eleva a un punto en el cual algo debe romperse.
Cuando todo marcha bien se rompe el techo
rígido de pensar y la luz y el poder del Intimo entran a raudales en la mente
que ha dejado de soñar.
Entonces en el mundo físico y fuera del,
durante el sueño del cuerpo material, vivimos totalmente conscientes e
iluminados gozando la dicha de la vida en los mundos superiores.
Ésta tensión continua de la mente, esta
disciplina, nos lleva al despertar de la conciencia.
Si estamos comiendo y pensando en negocios es
claro que estamos soñando. Si estamos manejando un automóvil y estamos pensando
en la novia, es lógico que no estamos despiertos, estamos soñando; si estamos
trabajando y estamos recordando al compadre o a la comadre, o al amigo, o al
hermano, etc., es claro que estamos soñando.
La gente que vive soñando en el mundo físico,
vive también soñando en los mundos internos durante aquellas horas en que el
cuerpo físico está durmiendo.
Se necesita dejar de soñar en los mundos
internos. Cuando dejamos de soñar en el mundo físico, despertamos aquí y ahora,
y ese despertar aparece en los mundos internos.
Buscad primero la iluminación que todo lo demas
se os dará por añadidura.
Quien está iluminado ve el camino, quien no
está iluminado no puede ver el camino y fácilmente puede extraviarse en la
senda y caer en el abismo.
Es terrible el esfuerzo y la vigilancia que se
necesitan de segundo en segundo, de instante en instante para no caer en
ensoñaciones: Basta con un minuto de descuido y ya la mente está soñando al
acordarse de algo, al pensar en algo distinto al trabajo o al hecho que estemos
viviendo en el momento.
Cuando en el mundo físico aprendemos a estar
despiertos de instante en instante, en los mundos internos durante las horas de
sueño el cuerpo físico y también después de la muerte viviremos despiertos y
auto concientes de instante en instante.
Es doloroso saber que la conciencia de todos
los seres humanos duerme y sueña
profundamente no solamente durante aquellas horas de reposo del cuerpo físico,
sino también durante ese estado irónicamente llamado estado de vigilia.